Alguién que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos, que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido, que saque la espada y me defienda.
Alguién que convierta mis días malos en buenos y que no se enfade si no le entiendo, que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer.
Alguién que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude.
Alguién que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude.
Alguién que no me haga sufrir pero que tampoco me venda amor eterno.
Alguién que no pueda pasear conmigo por la calle sin cogerme de la mano, que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel.
Que no le guste verme llorar y que me haga reír hasta cuando no tenga ganas, que me mire, lo mire y me tiemblen las piernas sin algún sentido.
Alguién que esté loco por mí y no se olvide de decírmelo los días de resaca.
Alguién que esté loco por mí y no se olvide de decírmelo los días de resaca.
Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme, que mire a otras y luego me guiñe el ojo y se ría de mis absurdos pero justificados celos.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.